(Explicación iconológica de la fachada)

La casa de Carles Recio es un edificio singular y único. Se trata de un vetusto edificio familiar que se levantó en la Partida del Saranyó, Huerta de Ruzafa, a principios del siglo XX y que sorprende por su originalidad en medio de los edificios convencionales que le rodean. Es reflejo espacial de la polifacética personalidad del escritor y artista plástico Carles Recio, un intelectual que nunca deja indiferente a nadie con sus escritos, sus acciones, sus investigaciones y sus propuestas. En esta casa, que es un conjunto armónico tanto dentro como fuera del edificio, ha dejado plasmada su peculiar visión del Mundo y de la Vida.

El principal elemento de la fachada, que ya de inicio la distingue de los otros edificios de la ciudad, es su peculiar configuración en base a cerámica dorada resplandeciente. Si es visitado a primera hora de la tarde se puede observar como la luz del sol, al reverberar sobre la superficie, la convierte en una verdadera “Casa de Oro” donde la imaginativa decoración se destaca entre rayos de luz. La “loza dorada” o de reflejos metálicos es un tipo de cerámica muy delicada que requiere tres cocciones en el horno y que proveniente de la antigua Mesopotamia llegó a los centros artesanales de Manises en la Edad Media, normalmente su usa en vajillas y piezas pequeña, pero nunca en una fachada tan grande.