(Explicación iconológica de la fachada)
La casa de Carles Recio es un edificio singular y único. Se trata de un vetusto edificio familiar que se levantó en la Partida del Saranyó, Huerta de Ruzafa, a principios del siglo XX y que sorprende por su originalidad en medio de los edificios convencionales que le rodean. Es reflejo espacial de la polifacética personalidad del escritor y artista plástico Carles Recio, un intelectual que nunca deja indiferente a nadie con sus escritos, sus acciones, sus investigaciones y sus propuestas. En esta casa, que es un conjunto armónico tanto dentro como fuera del edificio, ha dejado plasmada su peculiar visión del Mundo y de la Vida.
El principal elemento de la fachada, que ya de inicio la distingue de los otros edificios de la ciudad, es su peculiar configuración en base a cerámica dorada resplandeciente. Si es visitado a primera hora de la tarde se puede observar como la luz del sol, al reverberar sobre la superficie, la convierte en una verdadera “Casa de Oro” donde la imaginativa decoración se destaca entre rayos de luz. La “loza dorada” o de reflejos metálicos es un tipo de cerámica muy delicada que requiere tres cocciones en el horno y que proveniente de la antigua Mesopotamia llegó a los centros artesanales de Manises en la Edad Media, normalmente su usa en vajillas y piezas pequeña, pero nunca en una fachada tan grande.
El edificio tiene cuatro niveles y se articula al rededor de una columna central donde se asienta el busto sonriente de Carles Recio franqueado por dos columnas más altas que simbolizan el Esfuerzo y el Atrevimiento. El espectador puede sentirse confundido ante la variedad de cuerpos y detalles, pero cada una de las teselas de este mosaico está perfectamente pensada y coordinada, lejos de la casualidad y el capricho. Hay muchas personas que al contemplar esta fachada sólo ven un amasijo de cuerpos y de posiciones comprometidas, con lo que evidencian mayormente lo que hay dentro de ellos que lo que realmente muestra esta composición, pues no hay que olvidar que la maldad está en los ojos de quien mira, y no en el corazón de quien ama. La misión de esta Fachada de Oro, como suele suceder con las mejores obras de Arte, es lanzar un mensaje para quien quiera recibirlo y su única finalidad es ayudar a construir un mundo mejor, más alegre y más solidario.
“Qui fa lo just, dorm a son gust”
Como divisa o lema principal aparece la inscripción ancestral, inspirada en la sabiduría popular: “Quien hace lo justo, duerme a su gusto” en diversos azulejos emblemáticos. Dichas piezas están tratadas en cerámica esmaltada metálica con la particularidad del relieve al estilo de la “cuerda seca”, donde se dibuja el escudo del Reino de Valencia con las cuatro barras, acariciadas por una cinta azul y el murciélago negro sobre el conjunto. Estas piezas están distribuidas por distintos lugares de la fachada como complemento de las imágenes grandes. El espíritu de Carles Recio ha trabajado por hacer lo justo, lo beneficioso para todos, y de esto se genera una tranquilidad y una serenidad que impregna la vida del escritor y que espera que impregne su muerte, cuando esté dormido.
“Altar de la Vida”:
Se levanta en el centro de la casa y muestra motivos alegóricos del devenir humano ensalzando el medio ambiente y la protección climática del planeta. Plantas y animales conviven en paz bajo la luz del sol hasta un primer escalón decorado en el rostro místico de la Creatividad, una dama que se asoma hacia la calle pensando siempre en nuevos proyectos y nuevas aventuras. A ambos lados de la Creatividad se levantan dos amazonas imprescindibles para el trabajo intelectual: la Amazona de la Pasión, que levanta sus brazos en un ejercicio de danza continuo, y la Amazona de la Curiosidad, que se despoja de su manto al mismo tiempo que da un paso al frente. Estas dos figuras rodean un retrato cerámico enmarcado en bronce del autor, cuyo cerebro se ve rodeado y estimulado por las musas de las diferentes artes en las que se ha expresado Carles Recio. Existe un último nivel en esta columna donde un Apolo solar acompaña al nombre del escritor mientras al rededor se desarrolla una fiesta fabulosa donde desfilan danzantes y oferentes, amenizada por unos ángeles músicos que hacen tañer sus instrumentos. Coronando el conjunto está el busto de Carles Recio mirando el Horizonte con la cara muy alta, sin miedos, sin convencionalismos ni prejuicios, orgulloso de hacer trabajado duramente por los Derechos Humanos como jurista y como autor, a pesar de todo lo que esto puede generar de polémica y oposición. Los ataques, las mentiras, las calumnias y las injurias caen sobre él como un agua de lluvia que le resbala pero no le empapa. Aflora en la mirada la conciencia tranquila de quien confía en la Cultura, la Paz y la Verdad, y en un futuro próspero para la Humanidad.
Colosos del Esfuerzo y el Atrevimiento: Estas son las dos constantes que han acompañado la trayectoria de Carles Recio, y que por ello se levantan a su lado como elementos inherentes a su singular trayectoria. El Esfuerzo es un hombre esgrimiendo una espada para cortar los prejuicios y los impedimentos, y en la otra mano lleva un laurel para significar el triunfo del Trabajo y de la Autenticidad, epígono de Hércules y de los grandes héroes de la Antigüedad. El Atrevimiento es un joven saltando que lleva en sus manos una antorcha de luz para acabar con la obscuridad, imitando el intrépido gesto de Prometeo, quien usurpó el Fuego de los Dioses para entregárselo a la raza humana. Ambos bronces se apoyan en un basamento multicolor con un anatómico retrato del propio Recio que difícilmente puede ser visto desde la calle pero que evidencia el exhaustivo tratamiento de esta obra hasta el último detalle.
Columnas priápicas: Estas dos dinámicas figuras, el Esfuerzo y el Atrevimiento, se sustentan en dos robustas columnas donde destacan unos colosos cuya única arma son sus virilidades erectas, trasunto del alma más íntima. Las culturas antiguas, como muestran los frescos de Pompeya, otorgaban a estas figuras fálicas el poder de la fertilidad y la protección contra las envidias y el mal de ojo. En este caso estos titanes sujetan sobre sus brazos los dos signos del Zodiaco complementarios: Leo y Libra. Por encima de ellos, el Atrevimiento y el Esfuerzo, y a sus lados varios espectadores admiran lo Positivo de estos valores en un mundo cada vez más acomodaticio y anodino. Las columnas, al dar la vuelta, muestras a otros colosos pero de diferentes razas para simbolizar que todos los Continentes del Planeta deben unirse en la batalla por la Prosperidad, la Salud y la Belleza del Mundo.
Almenas del Pueblo: A ambos lados cierran la fachada los dos paneles de la terraza, uno a la derecha y otro a la izquierda. Ambos cuadros están coronadas por un alfabeto sexenergético donde las letras son estímulos de las relaciones humanas. Arriba unas esculturas con las vestimentas tradicionales valencianas manifiestan que, aunque la casa tiene una voluntad de proyectarse hacia el Cielo, el espacio por antonomasia de la Libertad, tiene unas firmes raíces en la tierra valenciana y en el lugar justo donde la geografía le ha otorgado un espacio para levantarse hacia el Universo. Estos personajes representan democráticamente al Pueblo Valenciano.
Pilar de la Venus Excelente: Este detalle por la preocupación hacia lo celeste y lo trascendente se ve en una columna interior que queda en último plano, donde el Hombre mira hacia arriba y donde preside con su sonrisa una Venus exuberante que con su presencia irradia a toda la Casa las vibraciones positivas de lo Excelente. Su ubicación no es exactamente la fachada, sino el centro de la casa. Sin embargo es perfectamente visible si se adopta la perspectiva correcta.
Panorámicas del Saludo y de la Despedida: A ambos lados de este segundo piso se yerguen los dos paneles simbólicos sobre el viaje de llegada y de salida en esta dimensión.
Panorámica del Saludo: Panel “El Jinete de la Ilusión”. Al lado izquierdo, esta escena muestra como el Espíritu humano arriba a la existencia terrestre a lomos de un caballo de tintes rojos profundos, gran amalgama de ilusiones, y otea el panorama para buscar su propia realización vital, concentrando sus afanes en el Planeta Tierra, girando en este Sistema Solar de la Vía Láctea. Bajo el corcel el retrato del hijo saltando evoca que cada hombre, con su tiempo medido, cuenta además con su proyección especial en las generaciones venideras.
Panorámica de la Despedida: Panel “La Quimera de la Reflexión”. El lado derecho ilustra como el Espíritu, completado el ciclo vital, parte de este mundo después de cumplida su misión. Las antiguas tradiciones iberas determinaban que el viaje hacia el Infinito se realizaba a lomos de una quimera, la antigua bestia mitad mujer y mitad leona. Aquí está la esfinge ibera que lleva a sus lomos, y entre sus manos, la esencia del ser hacia la Libertad: Carne y Alma con una voluntad inequívoca de Trascendencia.
Orla de los Ángeles Locuaces: Como marco separador y resaltador entre los cuadros del Saludo y de la Despedida, y las paredes de los edificios colindantes, se observa como un conjunto de ángeles evoca momentos biográficos y características personales de la trayectoria de Recio. Estos querubines descubren los secretos del creador de la Casa y son el único rincón donde se deja un espacio para la letra impresa y el lenguaje convencional.
Oráculos de las Paredes del Aire: En esos dos edificios contiguos existen dos paneles adosados que son como dos pergaminos flotantes que descienden sobre la casa sin llegar a caer nunca sobre ella. En el primero de ellos se lee el nombre de Carles Recio junto a una poderosa figura del Amor Solar, un coloso rubio que irradia potencia, como apoyo de la fuerza masculina. Justo enfrente está el título de “Casa Museo” acompañado por una bailarina que representa el Amor Lunar o la fuerza de lo femenino, con una piña en la mano que simboliza desde hace siglos la Amistad, la Hospitalidad. Por ello en muchos edificios se colocaban enormes piñas encima como remate de sus tejados.
Las dos Sibilas de Ruzafa: Dos rostros de mujer simbolizan, bajo los paneles anteriores, a las dos Sibilas más importantes de los oráculos clásicos. A los pies del panel de Carles Recio está la Sibila Cumana, custodia de los libros sibilinos en homenaje al autor como escritor. Justo enfrente, bajo el panel de la bailarina de la piña, está la Sibila Délfica, en reconocimiento a Carles Recio como artista plástico. Las sibilas son las magas mitológicas que adivinan el Futuro y han de dar bocanadas de Optimismo a la Humanidad.
Baranda del Árbol Genealógico y Creativo: En la barandilla blanca que hay debajo de las Sibilas se remarca la complementariedad de lo femenino y lo masculino, que queda constatado justo en la parte central, donde una esfera del blanco y negro reproduce el tradicional símbolo de “Yin” y el “Yan”. Este cenefa alargada en unos tonos muy suaves muestra un desfile de los personajes creados por Carles Recio para sus libros. Sobre esta cenefa, y en tonos muy vivos para remarcar su presencia, se enmarcan los retratos minuciosos de los ascendentes y los descendientes de Carles Recio: abuelos, padres, hijos. La ficción y la realidad se entrecruzan en el universo de afectos del Autor.
Pilastras de la Solidaridad: A ambos lados de la baranda existen dos paneles más pequeños donde un hombre y una mujer entrecruzan miradas de amistad y admiración envueltos en los colores valencianos. Simbolizan, de acuerdo con el símbolo central de esta baranda, la solidaridad y la fuerza que da la Unión.
Cariátides de la Templaza: Son los tres rostros gemelos que aparecen sobre las tres ventanas, entre dos flores enormes y una corona de flores, hierbas y ramas. Cariátide Ideadora; Cariátide Insistente y Cariátide Paciente. Su mensaje tiene una lectura conjunta y contundente: Idear, Persistir y Esperar.
Cariátide ideadora: En su centro hay un gigante del Corpus que simboliza lo Supremo. Sin ideas nuevas no hay futuro. A su lado hay dos angelillos que indican la importancia de lo divino en la concepción de una nueva idea, es como si estas invenciones provinieran de un ámbito superior y desconocido para nosotros como seres humanos. Al fondo de un extremo hay dos mujeres unidas por el brazo y conversando, pues lo fundamental de esas ideas es que se puedan comunicar y transmitir fácilmente y de una manera solidaria. Al otro extremo un niño, el Futuro, se alimenta de esos frutos que son las novedades de la imaginación humana para crecer y hacerse más grande.
Cariátide Insistente: Las ideas han de ponerse en práctica, y para ello es necesaria la Insistencia. Si se falla una vez, hay que volver a intentarlo; y si se erra en un camino, hay que tomar otro. Pero nunca rendirse ni darlo todo por perdido. En el centro de esta cariátide, justo sobre su cabeza, hay una pequeña mujer con un tocado ibero que recuerda que lo que fue novedad algún día se tornará en Tradición. A un lado un ángel compañero de los otros dos que vimos en la cariátide anterior está llevando la nueva idea para que se insista en su experimentación. Al otro lado un anciano “cirialot” del Corpus significa que no importa el paso del Tiempo si vamos en pos de la realización de una idea positiva. A los extremos de esta cariátide hay otros dos niños en pie y desafiantes, porque la Juventud es la principal parte de la población que no debe perder jamás las esperanzas.
Cariátide Paciente: La Paciencia es la Madre de la Victoria. Por ello sobre el rostro de la Cariátide Paciente se yergue la Gigante del Córpus, compañera del Gigante que estaba en el otro extremo. La Victoria es celebrada a ambos lados por músicos y bailarines que celebran su triunfo, mientras que en los dos extremos, siguiendo el protagonismo dado a los niños como símbolo del Futuro, una criaturita se despereza para levantarse y comenzar a caminar y, en el otro extremo, el Niño se regocija teniendo entre sus manos un pequeño cuenco, el resultado positivo de la primigenia Idea. Siempre sabiendo que hay un ciclo vital de renovación de los pensamientos que poco a poco irá actualizando los modos de vida de la Humanidad.
Álbum de la Diversidad: Las Ventanas del piso principal son los ojos de la casa. La cenefa de las puertas está decorada con representaciones folclóricas de todas las culturas del planeta, de todas las razas y todos los continentes. Son unos azulejos pequeños que conforman el gran puzzle de este mundo con imágenes de tribus y ceremonias de distintas tradiciones de África, América, Asia, Europa y Oceania. Carles Recio, además de ser un autor especializado en cultura local, ha proyectado su interés en muchas regiones y países del Planeta siguiendo la consigna de Publio Terencio: “Nada Humano me es Ajeno”.
Cenefa de las Transgresiones: Recorriendo la casa de un lado a otro, y pasando por detrás de las figuras que se asoman por encima de las Cariátides, hay una secuencia historiográfica muy interesante que parece quedar en segundo plano, y que sin embargo está presente. Se trata de la Valencia Secreta y Ardiente. Es una colección de azulejos que ilustran una serie de visiones históricas del Reino de Valencia centradas en las pulsiones más humanas, con una tonalidad rojo intenso que subraya su espectacularidad. Todos los personajes que conformaron la identidad valenciana y que fueron explicados en el libro “Historia Sexual del Reino de Valencia” de Carles Recio tienen aquí su representación gráfica. Se trata de una revisión histórica paralela a la que existe al rededor del portalón principal, pero más elevada e íntima.
“Balcón de los Leones”: Se abre en el centro del edificio, con las grandes puertas en el ventanal que está justo en medio del primer piso. El forjado del hierro está decorado con flores esmaltadas en rojo sobre los tallos verdes, y a los pies del dibujo hay unos pequeños genios mágicos de mirada irónica, porque desde el balcón es desde donde mejor se puede contemplar la Vida con espíritu lúdico. A los dos lados, sobre unas plataformas metálicas especialmente diseñadas para ello, están aposentados un par de leones en actitud de vigilancia serena. Los leones son símbolo de Protección y de Fuerza, pero también de Transgresión. Hipómenes y Atalanta fueron convertidos en leones por la diosa Cibeles por haber profanado su templo con amores sacrílegos que, una vez superados, simbolizaron la Supremacía del Espíritu.
Barandas de las Flores: Son las dos barandas que existen en las ventanas gemelas de la casa, que están decoradas acorde con el balcón. De un lado flores rojas que simbolizan Pasión y abajo los pequeños duendes vigilantes. En el centro de ambos hay un jarrón de flores dorado que insiste en el concepto áureo de toda la composición del frontis.
La Fachada de Oro: El denominador común de la fachada es su fondo cerámico. Hay varias escenas separadas necesariamente por la estructura del edificio, pero la interrelación de todas ellas es evidente. Entre las tres oberturas de las ventanas hay ocho paneles; cuatro pequeños y cuatro grandes. Cada uno de ellos varía en amplitud del más estrecho al más amplio. Todos tienen como fondo único el reflejo dorado de la cerámica, lo que permite a esta vivienda, cuando el sol reverbera sobre sus mosaicos, convertirse en una verdadera fachada de oro dentro de la ciudad. Esta fuerza del sol es el eje del concepto de la sexenergía. El color oro es un símbolo de lo sagrado, sustancia misma de los dioses y de las virtudes sobrenaturales. No es propiamente una tonalidad en la escala cromática, sino un juego de luces que desde hace siglos ha representado el Honor, el Valor y el Prestigio. En este campo de oro nacen, salpicadas entre las figuras, flores enredadas de intenso color rojo que simbolizan la Sangre, el Fuego, el Calor, la Pasión y la Acción.
La Fuerza de la Solidaridad: Primer panel superior, donde todas las razas juegan a entregar lo mejor de si mismas y vemos enlazarse a blancos, negros, amarillos y cobrizos. Es un canto a la superación de las guerras y las enfrentamientos porque será imposible afrontar el Futuro global si cada uno, o cada grupo, va insolidariamente por su lado.
La Bendición del Equilibrio: Segundo panel superior, donde cada uno aporta a su semejante un punto de apoyo para que nadie pierda su posición. La Solidaridad se complementa aquí con la ayuda mútua, con un grito a que aportando cada uno un poco de si mismos podamos el conjunto de todos disfrutar de muchas más cosas. Por ello en el epicentro hay de nuevo un escudo territorial, en este caso fecundoy generador de riqueza. La Vida es un continuo devenir donde hay que aprender a evitar las caídas y, si se cae, tener siempre el coraje para levantarse.
La Sinceridad del Corazón: Sigue este tercer panel superior en la línea de unir, y no separar. En esta bella imagen los seres humanos, sin distinción y sin discriminación, se unen en un proyecto estético que resulta ser un corazón. Los logros individuales siempre se sustentan en las tejido social que los hace posible, y cuyo principal vínculo debe ser la amistad y la colaboración, única manera de llegar al entendimiento y el cariño.
La Alegría de la Sensualidad: El cuarto y último panel enardece las relaciones humanas en su categoría más íntima y más directa, pues con el encuentro erótico se produce una fusión de los cuerpos que, al ser bendecida por la fusión anímica, alcanza una resonancia universal. Este choque de júbilo con otro ser es vínculo y canalización de los retos a los que siempre debe enfrentarse el Ser Humano para superarse a si mismo. En definitiva la energía primigenia es este instinto que se transforma en puro sentimiento. Entre el Azul del Cielo y el Verde de la Tierra se reafirma siempre la entereza del individuo por su propia fuerza interior.
La Exaltación de la Vivencia: Primer panel de la parte inferior, donde lo femenino y lo masculino juega a transformarse en una complicidad prodigiosa. Todo fluye con una naturalidad pasmosa cuando somos nosotros mismos y nos presentamos así ante los demás, superando las fronteras de los sexos, los matices de la piel y las sensibilidades.
Amarse para Todos: Es el segundo panel inferior entre una ventana y la puerta del balcón. Conforma una guirnalda de besos que empieza en lo más alto con el beso materno a un bebé y sigue con diferentes referencias de cariño donde entran las familiares y románticas, incluso haciendo un guiño al beso social como manifestación óptima de contacto social. En el centro de esta composición un hombre se besa a su mismo, evocando la leyenda de Narciso con la proclamación del “Ámate a ti mismo” como condición indispensable para amar a los demás, y además esta frase memorable está repetida y traducida en los principales idiomas del planeta, para que en ningún lugar pueda ser olvidada y para que se mantenga el beso como evocación sexenérgica de este gesto institivo e inmemorial.
El Anhelo de la Superación: Tercer panel inferior, entre la puerta del balcón y la otra ventana. Aquí se yergue glorio el retrato de cuerpo entero del bailarín Eros Recio, héroe de las personas con discapacidad, que lanza sus manos hacia el mítico Santo Grial, símbolo sagrado del Reino de Valencia y de toda la Humanidad. Unos ángeles locuaces ensalzan en sus banderolas, como ya vimos que sucedía en el piso superior, los triunfos logrados por este personaje que ha logrado transceder su propio determinismo genético para tomar la fuerza de la Tierra, los colores de sus metales nobles, como enseña de la Superación. La voluntad de tocar o rozar esta reliquia es un motor de fuerza imparable como demuestra su leyenda milenaria que ha conformado Europa.
El Triunfo del Amor: Cuarto panel de la parte inferior, posiblemente la escena más potente de toda la fachada por su extensión y su contenido. Sobre el fondo de oro un ángel colosal levanta sobre su atlético cuerpo una pluma dorada para escribir en el aire los logros de la Voluntad, corporizada en un Ser Humano lleno de Amor, franqueado por la voluptuosa Fama, que eleva en sus labios la Trompeta de la Trascendencia para difusión y conocimiento de esta gesta, y la generosa Gloria, que entrega al Amor el laurel de la Victoria que lo que el Ser Humano se transmutará en un Ser Divino. Esta figura central del Amor hecho cuerpo muestra toda la Grandeza de la Humanidad, con una fundamentada serenidad de su porte, que justifica y avala la hermandad entre todos los seres del universo, y no solo los de este planeta, y la belleza de la ausencia de violencia ni maldades cuando triunfa y reina el Amor Puro.
A pie de calle existen dos entradas para la casa, la arcada principal y el portal de madera. A ambos lados están los paneles inferiores a color, y debajo de ellos, los paneles de barro tradicional.
Los Cimientos de la Virtud: Así se denominan los tres paneles en barro cocido de color oscuro que quizás no sean muy visibles por sus trazos en tizas claras, pero que es imprescindible que se encuentren en la base de todo proyecto humano positivo. La Virtud es la disposición natural que ha de tener todo Ser Humano para hacer el Bien y transmitir sentimientos positivos hacia sus semejantes. Los Valores de la Virtud se encarnan en las diversas Virtudes, que están todas ellas representadas en los dibujos: la Justicia, la Prudencia, la Fortaleza, la Generosidad, la Fe, la Esperanza y la Caridad.
En la fachada se pueden distinguir dos cenefas de danzantes jubilosos sobre un fondo de varios colores.
La Cenefa de los Cuerpos Danzantes: Es la tira inferior de azulejos, justo encima de los “Cimientos de la Virtud”, que presentan alegres bailarines danzando alrededor de la casa, como encerrándola en un jubiloso bullicio de hermandad entre todos los seres humanos, pues volvemos a encontrar en esta concentración de personajes, todas las razas y todos los colores de piel en perfecta armonía.
La Cenefa de las Almas Danzantes: Está justo debajo del balcón y arropa la figura de la “Valenciamante” por detrás. Se diferencia de la anterior, aunque el tema sea similar, en que las figuras son más grandes, pues lo espiritual siempre tiene mayor alcance que lo corpóreo. Ni en una ni en la otra composición hay dos figuras repetidas, cada una tiene su personalidad propia y expresa una emoción íntima proyectada ante el visitante.
Mojijanga de la Vida: Es la torre humana que luce sobre una columna dorada situada a un lado extremo de la casa, donde diversos danzantes se abrazan y se ayudan a si mismos para subir hasta lo más alto y enarbolar la Bandera de la Superación de la Civilización.
Los Perfiles del Pensamiento Clarividente: Son dos rostros a los lados elaborados con la técnica cerámica asiática del rakú. Son un homenaje a los visitantes de la fachada, pues tan importante en el Arte es quien lo genera como quien lo recibe. El mensaje de la vivienda busca generar en las mentes de los espectadores unas ideas de unión y de Amor. El rakú es una tecnología japonesa que provoca unos brillos metálicos y que etimológicamente significa “tranquilidad” y también “diversión”. Hay diversas figuras de “rakú” diseminadas por la fachada que generalmente representan parejas y comunión de seres.
Los Colosos de la Humanidad: Son dos gigantes que constituyen dos paneles gemelos a ambos lados de la fachada. Estos titanes soportan el peso inmenso de su propia Naturaleza, en un espejo infinito que se refleja en todas las razas y religiones. Son guardianes del Mundo y a la vez son guardianes de ellos mismos. En un primer plano, a los pies de estos hercúleos héroes, se regocijan los Niños Danzantes sobre la Madre Tierra. Estos jóvenes bailarines, vestidos al estilo de los Seises del Patriarca, representan las tradiciones reprimidas de la Sociedad, que abren con su satisfacción y espontaneidad un bonito camino al Futuro.
Elogio de la Meditación: Es el panel central de esta parte situada en nivel calle. Vemos al Meditador pensando en la base de la composición, con unos conceptos esenciales que le acompañan tanto en su misión introspectiva como en su proyección externa. El meditador tiene varios brazos simbolizando lo mucho y lo diverso que cada persona puede hacer si la luz de su alma es clara y le permite diseñar un plano claro donde los conceptos y los destinos sean positivos: Libertad, Coraje, Amor, Universo, Dignidad, Paz, Justicia, Esperanza... (Freedom, Courage, Love, Univers, Dignity, Peace, Justice, Hope) Por encima del Meditador se expande la Meditación idealizada en una mujer esbelta que extiende sus brazos al aire sujetando una corona donde sobresalen los rostros de personajes ilustres autóctonos que cumplen el papel de florones ornamentales. Del interior es de donde nace lo mejor que podemos ofrecer al exterior.
Orla de la Selecta Energía: Corresponde a los azulejos que rodean la instalación de entrada eléctrica que el artista ha relacionado con la amalgama de personajes entrelazados como símbolo sexenergético, todos alrededor de un gran libro que simboliza el Conocimiento Humano desde los orígenes del Mundo.
Puerta de los Poderes: Es la puerta grande del edificio, una arcada dedicada al Poder como capacidad de algo o alguien de hacer una cosa posible. Está presidida por la “Diosa Valenciamante”, símbolo del Poder del Amor, que es el más poderoso de todos los poderes. El resto de las potencias danzan a su alrededor, pero nadie puede vulnerar su señorío. Como confirmación de su absoluta preeminencia se exhibe orgullosamente como Señora de los Tres Pechos. Simboliza esta figura el Amor y la Hospitalidad, y tiene tres pechos para explicar precisamente la química biológica del Amor, que se sustenta de tres sustancias esenciales para el cuerpo: la dopamina, la serotonina y la oxitocina. Tiene sus brazos abiertos para que entren todos en su seno y se puede observar, en un extremo de la arcada, su mano sosteniendo la esfera del esplendor del Alma.
Los Gladiadores de la Tradición y la Modernidad: Son los titanes que protegen a la “Diosa Valenciamante” a ambos lados del portalón. Uno lleva en sus manos el Gríal del Conocimiento, representado por un cáliz milenario, y el otro el Gríal del Discernimiento, que en la actualidad se simboliza en el dispositivo móvil de inteligencia artificial. Surgen de una cápsula que muestra el poder de la persuasión de los seres humanos, tanto hombres como mujeres, y su basamento final son dos animales míticos de los cuales sólo se muestra el rostro: la quimera con su forma de león y el grifo con su forma de águila. Debajo de estos gladiadores están “Las Damas de la Belleza”, que reivindican las hermosuras y encantos de la Vida Humana que, aunque nacen sobre un fondo oscuro, brillan con luz propia en el centro de nuestras lúgubres ignorancias.
Escalones de la Historia: Alrededor del marco de esta gran entrada de los Poderes encontraremos los “21 Escalones de la Historia de Valencia” que son los siguientes: 1) Prehistoria y Cueva de la Araña; 2) Dama de Elche y cultura ibera; 3) Anibal en Sagunto e invasiones cartaginesas; 4) Apolo de Pinedo y romanización; 5) Mubarak I y la fundación del Reino de Valencia en 1009; 6) El Cid y los almorávides; 7) San Vicente Mártir y la cristianización; 8) la Corte del Rey Lobo y el mozarabismo; 9) la llegada de Jaime I e institución de los Fueros; 10) Vinatea y la defensa de los derechos nacionales; 11) el Murciélago o Rat Penat como enseña regnícola; 12) la Campana de la Unión Valenciana; 13) el Siglo de Oro de la Cultura Valenciana; 14) la rebelión de las Germanías; 15) San Vicente Ferrer y su luminaria espiritual; 16) Felipe V y la derogación de los Fueros; 17) el Palleter y el primer constitucionalismo; 18) la Ilustración y el Siglo de las Luces; 19) el Renacimiento o “Renaixença” del siglo XIX; 20) la Libertad rompe las cadenas en el siglo XX y 21) Fallerela y la Valencia del siglo XXI.
Guardacantones de los Canes de la Libertad: A los pies de esta gran puerta hay un detalle importante y tradicional, unos perros guardianes de color negro en hierro. El color de estos dogos indica firmeza, sofisticación, seducción y misterio. No es un capricho el establecimiento aquí de esta figura, sino que se trata de un “guardacantón”, los postes de piedra o metal que se colocaban a los lados de las puertas para proteger las paredes del paso de los carruajes o los carros. Primeramente eran simplemente de forma redonda, pero poco a poco los escultores y decorados hicieron creaciones muy originales. En esta época en que tantos y tantos ejemplos se han perdido, estos guardacantones son posiblemente los más bellos de la capital.
Marquesina de la Sabiduría: Es el entramado artístico que cubre la Puerta de las Inteligencias y está decorado con unos seres mitológicos protectores de las inclemencias del Tiempo, que confluyen en las letras iniciales de Carles Recio. En el centro interior dos grifos alados fundidos en bronce lamen una Copa que simboliza la Sabiduría. A ambos lados otros grifos son ordenados por dos genios junto a unas flores, simbolizando el respeto a la Flora y a la Fauna del entorno ambiental.
Serafines de la Iluminación: Son los ángeles blancos que sujetan una luminaria sobre sus cabezas junto al Dintel de la Hospitalidad, su misión es promulgar y cantar las alabanzas de la Luz.
Puerta de las Inteligencias:
Es la puerta pequeña de la casa. El “Poder” siempre tiende a la ampulosidad, por ello ocupa la entrada
más grande, y la “Inteligencia” tiende a la humildad y la discreción por eso se resguarda en esta más
diminuta.
Las “Ninfas Intelectivas” rodean el dintel en relieve y las columnas estructurales de esta puerta.
Las dos ninfas principales, cada una a un lado de la entrada, son la Ninfa de la Inteligencia Lógica que
sujeta con sus dos manos el escudo del Reino y la Ninfa de la Inteligencia Emocional, que lleva una de
sus manos al pecho. Entre ellas están las otras ninfas y sátiros que conforman el espectro del Intelecto
dentro de una escena que rinde homenaje a los dos productos más característicos del terreno, la chufa y la
naranja. El sátiro de la inteligencia creativa prensa la chufa para la producción de horchata. La
inteligencia naturalista se come la chufa directamente. La inteligencia corporal prefiere bebérsela como
horchata. La inteligencia existencial da la espalda al público y medita. La inteligencia colaborativa
alardea de dos naranjas como mejor que una, admirado por el sátira de la inteligencia lingüística. Sobre
este grupo se yergue la ninfa de la inteligencia espacial, que marca en su cuerpo el número de la casa
dentro de la calle, para que nadie se pierda en el camino.
Dintel de la Hospitalidad:
Esta composición cerámica está encima de la Puerta de las Inteligencias y detrás de la Ninfa Espacial que
señala el número de la vivienda. Este número “9” se repite detrás de esta figura en un color rojo intenso,
enmarcando una escena romántica en la que una pareja se besa apasionadamente. Expresa el deseo del
propietario de la casa de besar a todos los visitante de manera que quede en ellos la dulzura de un ósculo.
Junto a ese 9 irradiante de Amor están los dos abanderados de la Amistad, con las enseñas valenciana y de
la Superación, acompañando a dos damas recostadas a los lados que simbolizan las Hechicera de la
Ciencia y la Hechicera del Arte.
La Hechicera de la Ciencia está sentada sobre unos voluminosos libros y amparada por globos terráqueos
y pergaminos y sostiene en su mano el Cupido del Amor al Intelecto. Ostenta una mantilla de novia
alicantina en recuerdo de los orígenes territoriales de la familia Recio.
La Hechicera del Arte lleva en las manos un espejo para reflejar la vida y un peine para arreglarla y
convertirla en atractiva. Un juglar le abre un libro que simboliza la Literatura y la Creatividad. Esta
hechicera lleva un peinado al estilo castellonense para complementar la escala geográfica del Reino de
Valencia.
La Reja y Vestíbulo de la Buena Acogida: Una reja con barras de hierro forjado decorado con diversos colores, da paso al vestíbulo de entrada, donde hay una placa explicativa de la historia de la casa desde su construcción en la Partida del Saranyó, de la Huerta de Ruzafa, hace más de cien años. A ambos lados de este vestíbulo, ocupando prácticamente toda la pared, están dos aguerridos Caballeros del Centenar de la Pluma, milicia del Reino de Valencia encargada de la guarda de la Real Senyera. Los dos llevan la vestimenta tradicional de este cuerpo militar de la época foral estando a sus pies los libros milenarios de la Cultura Valenciana.
Puerta de los Géneros de la Naturaleza: Finalmente la puerta interior de madera muestra un aldabón con cabeza de León, pues Leo es el signo astrológico de Carles Recio. Dos diadras rodean al León para suavizar su fiereza. Las diadras son hadas de los bosques y representan el poder de la madera y el del metal junto al poder animal del León. Arriba, en un tragaluz de cristal, campea otro ángel que esparce bondades y venturas sobre los visitantes, bajo la mirada atenta y protectora de un murciélago.
En la tradición mediterránea el Murciélago, lejos de ser un personaje siniestro como nos lo presentan otras culturas, es un elemento muy positivo que elimina los insectos y los problemas de la vida y que además, goza del privilegio de ver más allá de la luz y de la oscuridad. Por eso ambas puertas de la casa están coronadas por este Murciélago que es, además, el símbolo totémico del Reino de Valencia.
Esta es, a vuela pluma, la explicación simbólica de la fachada de la Casa de Carles Recio. En el interior del edificio hay muchas más composiciones con alambicadas inspiraciones. Incluso en esta misma fachada hay especiales detalles que se dejan a la perspicaz interpretación de cada uno de los visitantes. Lo incuestionable es que esta “Fachada de Oro” es una obra exclusiva e irrepetible que no tiene comparación con ninguna otra fachada del mundo y que difícilmente encaja en alguna categoría preestablecida de la Historia de la Arquitectura. Es sencillamente algo único, un monumento completamente diferente que un intelectual comprometido e ingenioso ha querido regalar a la Humanidad, en nombre de la Cultura, la Paz y la Felicidad.